Hache se atreve a criticar

jueves, junio 23, 2005
Garden State
“Y ahora, ¿qué hacemos?”. Una manera excelente de concluir una historia que no parece tener una trama tan minuciosamente definida, una película cuyo guión no se enmarca dentro de las tres actos específicos de los guiones “hollywoodenses” en los que toda historia tiene un inicio, treinta minutos después se presenta un nudo y en los últimos veinte minutos se muestra el desenlace. No, Garden State resulta un tanto menos convencional y mucho más inteligente.

El director, que a su vez es el guionista y el actor principal de esta película, Zach Braff, quería contar una historia sencilla en la que se abordara con la mayor sinceridad posible las angustias de aquellas personas que no son ya adolescentes, pero que tampoco son ya adultos. Personas en sus “veintitantos” que aún no se hallan del todo, aquellos que todavía tienen un futuro por delante, pero se encuentran ante al momento en el que deben empezar a hacer algo definitivo por ello.

Si bien, no es la primera película en la historia en proponer una historia sencilla con personajes y situaciones en las que fácilmente podemos ubicarnos sin sentir que aquel momento es demasiado elaborado o ficticio, si es un muy buen ejemplo de cómo, en muchas ocasiones, las historias sencillas apelan, con mayor éxito, a nuestro interés.

Podemos reír de las situaciones que nos muestran, pero no mofándonos absurdamente de quienes experimentan la situación, sino de un modo familiar, como si viviéramos lo que observamos. Si bien, muchas situaciones jocosas de la película distan un poco de sucedernos, eso no significa que sean plenamente imposibles de ocurrir, mas bien, se asemejan a esas situaciones que uno piensa que en la vida no ocurren pero que realmente si ocurren, esos momentos bizarros, con gente bizarra, que todos hemos vivido y viviremos en diferentes ocasiones.

Por otro lado, debo reconocer la excelente puesta en escena que crea Braff para relatar una especie de tragedia o drama de un joven confundido, perdido, entre drogas (algunas recetadas otras no tanto), recuerdos dolorosos, situaciones abandonadas y gente abandonada a quien creyó dejar en su pasado. Fácilmente podría haberse convertido en un típico drama norteamericano con clichés fáciles desbordándose en cada toma, pero Zach Braff escogió hacer una forma de comedia, con lo cual nos recuerda, como dice Natalie Portman (coprotagonista) “Uno debe aprender a reírse de sus propias tragedias”.

A su vez, Tiempo de volver (Título absurdo con el que llegó la película a Colombia), nos presenta a personajes muy bien elaborados, personajes con una profunda dimensión sicológica que se revela a partir de pequeños detalles, como la compulsión de Sam (Natalie Portman) por mentir, o la ira de Mark (Peter Sarsgaard) con su madre y su adicción a las drogas, el total aburrimiento y hedonismo de Dave (Alex Burns) o la frustración de Gideon Largeman (Sir. Ian Holm) por no lograr que su familia sea feliz.

También sus aspectos técnicos son muy destacables, excelentes movimientos de cámara, fluidos y muy dicientes y pertinentes; una fotografía muy bella, directamente proporcional a la sencillez de la historia pero visualmente apasionante y muy bien lograda y una musicalización, que además de ser muy apropiada, es supremamente agradable.

Son un número considerable de producciones como éstas, por las cuales se podría afirmarse que, al interior del “cine independiente americano”, se ha venido gestando una especie de “ola”, en la que se encuentran películas sencillas, en las que no parece suceder mucho, pero en realidad sucede demasiado. Películas en las que, afortunadamente, no encontramos ningún Russel Crow acabando con una guerrilla en tres días (A prueba de vida) o un Bruce Willis salvando al mundo de ser destruido por un colosal meteorito (Armagedon).

En esta “Ola” se encuentran títulos tan excelentes y exitosos como “Lost in translatión” (Perdidos en Tokio) de Sofía Coppola, Before Sunset (Antes del atardecer) de Richard Linklater, About Schmidt (Las confesiones de Schmidt), Sideways (Entre Copas) ambas de Alexander Payne, American Splendor (Esplendor Americano) de Roberto Pulcini y claramente Garden State (Tiempo de volver) de Zach Braff.

Son películas que retornan al individuo, películas que, en un mundo en donde todos o casi todos han volteado su mirada a la “masa”, en donde todo se globaliza y por lo tanto “todos somos iguales”, nos recuerdan la importancia de no olvidar que somos seres únicos e irrepetibles y que en nuestras situaciones, tan comunes, tan normales, se libra a diario grandes hazañas, grandes batallas, pese a que el resto del mundo jamás las considere como así.

Esto me recuerda a Tyler Durden (Personaje del club de la pelea interpretado magistralmente por Brad Pitt) en un pequeño monólogo “Nuestra generación no ha experimentado ninguna gran depresión, ninguna gran guerra. Nuestra guerra es una guerra espiritual, nuestra depresión son nuestras propias vidas.” No sé si esté o no en lo cierto, pero considero que siempre hace bien el que algunos artistas evidencien esta clase de situación, en donde la primera guerra a resolver es la propia y solo entonces podremos solucionar lo que está por fuera, si es que aún nos quedan fuerzas.
posted by Hache @ 11:07 a. m.  
5 Comments:
  • At 24/6/05 9:01 a. m., Blogger hoffen said…

    No la he visto! pero la banda sonora que es muy buena, la he escuchado hasta el cansancio (en la oficina un compañero la pone y la pone y la pone) además trabaja la doña mamacita Natalie Portman... y vos la estás recomendando, muchas razones para verla.

     
  • At 24/6/05 2:32 p. m., Blogger hoffen said…

    oye Bob, dame un correo electrónico donde te pueda enviar un archivo que me acabo de encontrar con sinopsis de las mejores peliculas del 2004 según la sala fundadores de la universidad central. esta interesante.

     
  • At 24/6/05 5:04 p. m., Blogger Hache said…

    querida Hoffen, ayer intenté enviarte un mail a la dirección que aparece en tu blog, y paila, no se pudo. El mail era para indicarte la manera de agregar links, sucede que en este espacio no se puede, así que la idea de darte mi mail me parece lo mas convenioente, además ese archivo qu emencionas suena interesting.

    Mail: Hachehache@gmail.com

     
  • At 25/6/05 9:07 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Super q alguien haya podido apreciar esta magnifica pieza desarrollada por el Sr. Braff, el soundtrack es lo mejor del mundo, muy buena critica!! y q mejor forma de clausurarla q citando al Sr. Durden!!

     
  • At 28/6/05 7:13 p. m., Blogger Hache said…

    Que gusto qu ete guste señor o señorita sawyer.

     
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