Hache se atreve a criticar

jueves, septiembre 08, 2005
Zatoichi
Para sorpresa de algunos, desde 1962 se vienen realizando distintas versiones (para cine y televisión) de la historia de este personaje legendario de la cultura japonesa, incluso en estado unidos realizaron una versión (muy a su estilo), con un Rutger Hauer desgastado, llamada “Justicia ciega”. En esta ocasión el aclamado director Takeshi Kitano nos trae su visión de esta historia que se mezcla entre el melodrama, el humor y la acción desacerbada.

La película nos narra la historia de un samurai ciego que llega a un pueblo que se encuentra bajo el dominio de una banda de villanos comandada por el malvado Ginzo, que a cambio de no causarles daños a los habitantes del lugar, exige que se le pague una cuota diaria, cual malvado sheriff de Nottingham en Robin Hood.. Estando ahí conoce a Shinkichi, un adicto a los juegos de azar y a las hermanas Okinu y Osei, dos geishas en busca de los asesinos de sus padres, quienes, sin saberlo, han encontrado su paradero. Para fortuna de ellas, y del resto del pueblo, la llegada de Zatoichi significa el final del reino de terror de Ginzo y su banda de villanos.

Es la onceava película de Kitano, quien desde hace mucho es considerado uno de los mejores directores contemporáneos y ha sido comparado con maestros tales como Akira Kurosawa. En esta nueva versión del samurai ciego, Kitano nos presenta una nueva faceta de si mismo.

Si bien, la película en una primera instancia parece pertenecer al género de acción, no tarda en presentarnos su aspecto humorístico brillantemente representado en el personaje de Shinkichi (Interpretado maravillosamente por el actor Guadalcanal Taka), pero del mismo modo, rápidamente pasa a un tratamiento dramático en cuanto entran a la historia las hermanas Osei y Okinu (Daigoro Tachibana y Yuko Daike respectivamente)

Aunque la producción en su totalidad es en si una obra maestra, me resulta necesario resaltar algunos aspectos muy puntuales de la misma, como lo son el manejo de las subtramas y el elemento musical de la obra.

En cuanto al primer aspecto, es muy palpable y evidente la trágica historia de las hermanas Geishas, en especial la de Osei quien se convierte, por fuerza mayor, en travesti (cabe aclarar que con esto no estoy diciendo que el travestismo sea una tragedia). Son dos personajes maravillosos y sumamente bien elaborados, (incluso me atrevería a decir que son mejor elaborados que el personaje protagónico) y es justamente en el baile de Osei en donde Takeshi Kitano desarrolla el fragmento mas hermoso de la película, al superponer muy fluidamente las imágenes de Osei ya adulto, con las del mismo personaje cuando niño.

Pero no es esta la única subtrama a destacar, también se encuentra la del guardaespaldas de Ginzo y su esposa afligida por una enfermedad no determinada. Aquí vemos a un hombre que, a falta de dinero para cuidar de su esposa, se ve obligado a ofrecerse como el protector de Ginzo y de su clan. Hattori (Tadanobu Asano), quien al parecer se había retirado de su labor como asesino a sueldo, no encuentra otra salida que volver a matar a gente inocente. Este es un personaje de gran profundidad, en donde, pese a su decisión, mantiene su honor intacto, no por ser un guardaespaldas es un mal hombre, es simplemente una gran persona, un gran samurai en una situación desesperada.

En este aspecto presenciamos el mayor romanticismo oriental de la historia, no solo con este personaje, sino también (quizás en especial) con el de su esposa, quien decide dejar de vivir antes que vivir sin el amor de su esposo.

Por último, es innegable el acierto tan grande de Takeshi Kitano al incluir en su historia un aspecto musical. Es sumamente divertido, mejor aún, sumamente emocionante. En el realiza una especie de mezcla entre la tradición japonesa y su cultura ancestral, con el baile moderno, siendo específico, con el “claqué” o mejor conocido como “Tap Dance”. Kitano toma un riesgo de caer en una especie de parche sin sentido, pero afortunadamente, como es de esperarse, logra salir avante y con la cabeza bien en alto, al fin y al cabo, “quien no arriesga en grande, no gana en grande”, y con esta producción Takeshi Kitano a demostrado una vez más, (cómo si fuese necesario) que su talento, su ingenio y versatilidad, son únicos e inigualables, ha demostrado ser verdaderamente grande.
posted by Hache @ 12:07 p. m.  
4 Comments:
  • At 9/9/05 4:49 p. m., Blogger Unknown said…

    Vaya peliculón, si señor. A ver cuándo nos llega la nueva de Kitano, que tiene una pinta impresionante. Lo único que eché de menos en "Zatoichi" fue la banda sonora de Joe Hisaishi, pero el final es de los que quitan el aliento, efectivamente

     
  • At 10/9/05 5:48 p. m., Blogger Hache said…

    Por ahí algunos se mostraron decepcionados con ese final, no entiendo como es posible... Saludos

     
  • At 17/9/05 12:20 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Vaya, con la forma q tu criticas dan muchas ganas de ver la peliculas!! en serio!!, hace mucho no pasaba por aca, es cierto, pero = no dudes q me encanta este blog!!
    ciao!

     
  • At 20/9/05 3:23 p. m., Blogger hoffen said…

    Zatoichi como todas las películas de Takeshi Kitano es espectacular, yo no me desepcioné del final, la verdad me encantó por que era un festival, una fiesta. La actuación de Kitano es impresionante, casi queda ciego de verdad en una de las escenas. Ahh es que me emociona este señor, hace que la adolescente que está dentro mio salga y se alborote. Buena peli Bob.

     
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